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Las velas de Scampia, las "Vele di Scampia", han sido un símbolo del crimen organizado y del fracaso del Estado en Nápoles desde el bestseller y éxito de Netflix "Gomorra". Los "monumentos al fracaso" tienen los días contados. La demolición está en marcha.
Nápoles - El antiguo centro social con bloques de pisos cubiertos de hormigón y estrechos barrancos está a punto de convertirse en una nueva Scampia completamente diferente. Definitivamente, una sin crimen organizado. Ese es el plan del alcalde Gaetano Manfredi, que anunció a principios de año: "El Estado está aquí. Y ésta ya no es la Scampia de Gomorra". Fue entonces cuando las últimas once familias se mudaron de la "Vela Rossa", la vela roja. Las bolas de demolición llegaron inmediatamente después. El pistoletazo de salida para el ambicioso proyecto "Reiniciar Scampia".
Silos residenciales para más de 70.000 personas
El objetivo es revitalizar todo el suburbio, que se construyó desde cero a principios de la década de 1960. Las torres de siete edificios se diseñaron para que parecieran velas. Diseñado por Francesco Di Salvo el "Vele" iba a convertirse en el hogar de más de 70.000 personas en un espacio reducido. Planeado como "vivir en una comunidad residencial" con "centros de socialización" y muchos servicios in situ. Las cosas resultaron diferentes. El "Vele" se convirtió en el mayor centro de transbordo de drogas de Europa. Los confusos e intrincados pasillos y plazas de los edificios, que pretendían recordar al centro histórico de Nápoles, dificultaron considerablemente el trabajo de la policía.
La historia de un declive
Los gigantes de hormigón planeados como proyecto escaparate se fueron deteriorando con el paso de los años y acabaron siendo inhabitables, aunque la gente seguía viviendo allí. A finales de la década de 1990, la ciudad de Nápoles empezó a realojar a los residentes. En 2003, los tres primeros de los siete "Vele" habían sido demolidos. La demolición de otras tres "Vele" y la renovación de la "Vela Celeste" restante como centro administrativo de la ciudad de Nápoles ya se había decidido cuando un balcón del tercer piso de la "Vele Celeste" se derrumbó en julio de 2024. Once personas, entre ellas siete niños de entre 2 y 7 años, resultaron heridas. Tres personas, una madre, su hija (†29) y su hijo (†35) murieron. Hubo que evacuar a 475 familias. El fatal accidente aceleró considerablemente el reasentamiento de los residentes restantes. La ciudad había previsto que tardaría al menos dos años, pero ahora sólo ha tardado unos meses.
La mitad de los antiguos residentes tuvieron que alojarse con familiares debido a la falta de alojamientos disponibles, mientras que otros ocuparon temporalmente la Universidad de Nápoles. Los primeros complejos residenciales deberían estar listos a mediados de 2026. El comité "Vele" también pide que se creen puestos de trabajo a nivel local para que los residentes tengan perspectivas y no se repita la antigua desesperanza. A finales de 2027, toda Scampia debería brillar con un nuevo esplendor. Espacios verdes y escuelas en lugar de descampados de hormigón y monotonía. Aún no está claro cuántos antiguos residentes volverán.