Vista panorámica de Bolzano Collage: Getty Images/ Giacomomo; Maya Jane via canva.com
De nuestro equipo editorial
Bolzano no es sólo una ciudad: Bolzano es un descubrimiento. Quien llega aquí se da cuenta de que la capital del Tirol del Sur combina aparentes opuestos en un todo armonioso.
En Bolzano, los Alpes se encuentran con el aperitivo, el gótico con el diseño, la calidez tirolesa con el estilo de vida italiano. Entre las callejuelas del casco antiguo y las vistas de los Dolomitas, el trilingüismo y la cocina regional, se despliega una ciudad que sorprende, seduce... y se queda. La mayoría de los visitantes se quedan de cuatro a cinco días. Aquí no es barato: Bolzano, o Bozen en italiano, es una de las zonas más caras de Italia en cuanto a hoteles y restaurantes. Al mismo tiempo, la región es una de las más ricas del país.

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1. tres lenguas, una actitud ante la vida
Bolzano es una ciudad multilingüe. Se puede encontrar alemán, italiano y ladino en las señales de las calles, en los menús y en los horarios escolares. Pero no es sólo la lengua lo que une a la gente, sino la unión que se respira. A un "Grüß Gott" le sigue un "Ciao", y a veces basta con una mirada. Cualquiera que viva aquí sabe que la identidad no es rígida, sino que se renegocia a diario: encantadora, respetuosa, animada.
2ª Waltherplatz - el escenario de la vida de Bolzano

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La Waltherplatz es a la vez un centro y un escenario. Llamada así en honor del juglar Walther von der Vogelweide, la plaza es un lugar de encuentro, paseo y lugar de eventos. Durante el Adviento, se transforma en un mar de luces, con uno de los mercados navideños más antiguos y bellos de Italia. ¿En verano? Siéntate bajo sombrillas blancas, bebe un Lagrein, contempla la catedral... y olvídate del tiempo.
3. el efecto Ötzi
5.300 años, tatuado y un poco misterioso: el "Hombre de Hielo" es el habitante más famoso de Bolzano, al menos en el Museo de Arqueología del Tirol del Sur. Ötzi yace allí en una cámara de temperatura especialmente controlada, acompañado de sus últimas pertenencias: Hacha de cobre, capa de hierba, flechas. El museo convierte la arqueología en una experiencia, y al hombre de los glaciares en una estrella silenciosa de la ciudad.
4. los soportales - compras con historia
Laubengasse no es una calle comercial como las demás. Es un centro comercial medieval en constante funcionamiento. Desde el siglo XII, bajo los soportales se alinean pequeñas tiendas, boutiques, charcuterías y cafés. Huele a pan fresco, cuero y café expreso. Y si tienes suerte, puede que oigas a un músico callejero cantando chansons italianas entre los arcos góticos.
5. la catedral: gótica, poderosa, misteriosa

Con su colorido tejado de tejas y su torre de filigrana, la catedral de Bolzano es una belleza gótica. Pero también merece la pena entrar en su interior: Altares dorados, frescos del siglo XIV y una cámara del tesoro con valiosos ornamentos cuentan la historia de una ciudad que ha estado en una encrucijada durante siglos: política, espiritual y geográficamente. La catedral no es sólo una iglesia, sino también un monumento a lo intermedio.
6. la puerta de los Dolomitas

Bolzano tiene una ubicación estratégica -y espectacular-. En menos de una hora puedes llegar a paraísos naturales como el Alpe di Siusi, el lago Kaltern o el extraño teatro rupestre de los Dolomitas. Ya sean botas de montaña o bicicleta de montaña, mochila o manta de picnic: los alrededores son un Eldorado al aire libre. Y por la noche puedes volver a la ciudad, que combina sin esfuerzo naturaleza y cultura.
7º Teleférico de Ritten: Ascenso con vistas
Desde 1907, un teleférico conecta Bolzano con el Ritten, un altiplano lleno de miradores, rutas de senderismo y tranquilidad arcaica. Hoy, el teleférico es moderno y tranquilo, pero la sensación sigue siendo nostálgica. Una vez alcanzada la cima, te espera un panorama que incluso deja en silencio a los usuarios de Instagram: Schlern, Rosengarten, Latemar... tan cerca, tan majestuoso, tan surrealistamente bello.

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8. una ciudad con 200 castillos a sus puertas
Bolzano está situado en una de las regiones con más castillos de Europa. Sólo en Eppan, a pocos kilómetros, hay más de 180 castillos, palacios y ruinas. La ruta más famosa es la de los Tres Castillos, que recorre los castillos de Hocheppan, Boymont y Korb, con vistas espectaculares y lugares donde parar a tomar algo que ofrece algo más que albóndigas. Simplemente Tirol del Sur.

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9. vino con carácter
Bolzano es también una ciudad vinícola. De aquí procede el Lagrein, un vino tinto oscuro y con cuerpo. Lo mismo ocurre con el San Magdalener, un tinto aterciopelado con un fino picante. En Bolzano y sus alrededores, los viticultores abren sus granjas, invitan a los visitantes a degustar sus vinos y hablan de laderas empinadas, veranos largos y el arte de embotellar con paciencia. Aquí el vino no es un acompañamiento, sino parte de la biografía.
10. el arte de vivir en su forma más pura
Bolzano no es una ciudad para hacer turismo. Quiere que la experimentes, la sientas y la saborees. Un mercado matutino en la plaza de la fruta, polenta con ragú de caza a mediodía, un paseo por el río Talfer por la tarde... ¿y por la noche? Quizás un concierto en el teatro de la ciudad o simplemente una copa de vino en la terraza del hotel. Bolzano no es un destino que tachas de tu lista de cosas que hacer antes de morir. Es un lugar que se queda contigo. Y tiene un efecto duradero.